AENA ARTE
Nº 2 - Mayo 1997
Aeropuerto de Palma de Mallorca

Palma estrena nuevo Aeropuerto
Con capacidad para 24 millones de pasejeros, el nuevo terminal de Palma de Mallorca es ya un referente en la historia de los aeropuertos españoles.

Entrevista al arquitecto autor del aeropuerto de Palma de Mallorca, Pere Nicolau.

Es la obra de mayor envergadura que ha realizado en su intensa vida profesional. Tuve que elaborar 2.000 planos, lo que da una idea de la complejidad del proyecto. Ahora ve satisfecho el aeropuerto terminado. "Para mí ha sido una experiencia muy importante", dice. Pere Nicolau Bover (Palma de Mallorca, 1948) ya estaba ligado a la historia arquitectónica de su ciudad por la realización de otros proyectos. En 1978 hizo el Parque del Mar y en la década siguiente el proyecto arquitectónico para el complejo escultórico Josep Guinovart en dicho Parque. En 1989 redactó, en colaboración con el también arquitecto Jaime Martínez, el proyecto de rehabilitación del edificio de estilo modernista "Gran Hotel", situado en el centro de la ciudad de Palma, obra de Lluis Domenec i Muntaner, que ha sido destinado a Centro Cultural de la Fundació La Caixa de Pensions, trabajo del que se muestra justificadamente orgulloso. Obtuvo el "Premio Ciudad de Palma de Rehabilitación" (1993), el "Premio Nacional de Restauración" (1994). otorgado por el Ministerio de Cultura y el diploma de Europa Nostra (1996).

Pere Nicolau me enseña con detalle el nuevo terminal del aeropuerto haciéndome seguir el itinerario que recorren los viajeros desde que llegan hasta que se embarcan en el avión. Hombre afable, culto, buen conversador y, por lo que deduzco, viajero de largos horizontes a la vez que mallorquín muy apegado a la isla, converso con él para nuestros lectores en el recogido ambiente de su estudio profesional en Palma.

¿Qué retos fundamentales te ha planteado hacer este nuevo aeropuerto de Palma de Mallorca?

Un reto fundamental. Como te puedes imaginar lo que son las previsiones aeroportuarias no las hice yo, y además no las sabria hacer. Es una materia especializada de ingenieros aeronáuticos que lo hacen muy bien. El programa que se me da a mi es un programa de desarrollo. Se me encarga diseñar las velas, pero el viento se me da. Este viento es intenso. Se esta pro- poniendo pasar de 10 millones de pasajeros, que es lo que había cuando empezamos, a 24 millones. Te puedo decir que ahora hay 16 millones de pasajeros. Ha habido un incremento de un 60 por ciento más durante las obras. ¿Qué es lo que se me está proponiendo? Se me está proponiendo vestir arquitectónicamente el desarrollo. Eso es un reto en una isla como la de Mallorca donde a veces hay voces contra esto.

El reto es: ¿es posible hacer un edificio tan grande y que quede bien? ¿Es posible hacer un edificio tan grande y que sea diferente a como lo hariamos en Nueva York o en Barcelona o en Madrid? ¿Es posible hacer un edificio tan grande, apto en un día para 150 mil personas, y que de alguna manera la gente que llegue, la gente que se va, considere que ha estado de vacaciones y que sigue estándolo en el edificio? ¿Es posible hacer un edificio de estas caracteristicas y que de alguna manera responda también a la cultura que tiene que ver con el Mediterráneo, motivo principal por el cual la gente sigue viniendo a Mallorca? Estas circunstancias intervinieron desde el primer momento en el programa arquitectónico, junto con otros miles de circunstancias que ha habido que cumplir y que quizá tengan menos interés cultural.

Cómo nace tu concepción arquitectónica de lo que iba a ser el proyecto.

Por el aeropuerto de Palma pasan desde personas muy mayores, que vienen de vacaciones a Mallorca, hasta personas recién nacidas. El porcentaje de hombres de negocios es muy pequeño. En definitiva al aeropuerto de Palma llegan familias, familias muy repetidas, y cada familia con su diversidad propia. Si pasan 150.000 personas en una hora, era importante hacer un pro yecto que permitiera su modulación incluso en el propio terminal, yeso es lo que me planteo. Yo no tenía que hacer un terminal, yo tenía que hacer unas seis terminales unidas. Lógicamente estas seis ramas acaban teniendo un tronco común, como no podía ser menos tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista de seguridad, yeso es lo que sucede.

Tú has visto en el terminal, cuando lo hemos visitado, que entramos a través de un edificio de 300 metros de largo, dividido en seis partes. Hay seis bucles de escaleras que acaban juntándose en el momento del control de seguridad para desde allí acceder a los diferentes aviones. Pienso que la fórmula es correcta. Cuando llegamos, estamos muy dispersos, aunque quedemos ya agrupados por nacionalidades a través de los autocares. Pero en definitiva hasta que no llegamos al control de seguridad podemos seguir conser vando esta dispersión. Una vez a partir de aquí ya no hay más remedio que unificar porque acabamos yendo a determinados aviones. Este concepto se mantuvo y se ha llevado a la práctica. Aparte de esto, que se repite también en llegadas porque es un proceso parecido, también me preocupó desde el primer momento cómo expresar arquitectónicamente, y manteniendo las premisas anteriores, una cierta medite- rraneidad. Y un carácter lúdico que tiene este aeropuerto de masas. y de alguna manera cómo abordar el tópico de los terminales, que es que nos vamos al cielo, que acabaremos volando. Este tópico se mantiene a través de una cubierta acristalada que al mismo tiempo permite, mirando a su través, ver una pérgola mediterránea.

Esta mañana al visitar el nuevo aeropuerto contigo me daba cuenta de sus enormes dimensiones y de cómo ha de atender a toda esa serie de funciones que te vienen necesariamente dadas, sobre las que has sabido imprimir estas características mediterráneas, lúdicas, de las que hablas, que probablemente son las que están definiendo desde el punto de vista creativo el proyecto. Esta mañana me señalabas también determinados ingredientes que recordaban formas de barco, materiales del mundo marino, etc.

Aunque estemos hablando de grandes obras y de grandes edificios el trabajo es intelectual, sobre todo al principio. Para mí hay unos conceptos que están presentes en el primer momento del proyecto. Estos conceptos están presididos siempre por una voluntad de utilizar pocos ingredientes. No es ninguna novedad en la arquitectura intentar decir las cosas con los menos elementos posibles. Este minimalismo yo intento reflejarlo en este edificio pero expresando conceptos básica- mente funcionales también. O sea, minimalismo por un lado, pero por otro, dando entrada a conceptos no estrictamente funcionales. Como, por ejemplo, el brillo de los aviones, o sea, la pérgola de la entrada. Este gran cilindro que se obtiene a través de estos tubos metálicos sacados en blanco dan un brillo de fuselaje de avión. El revestimiento de made- ra que por la parte de dentro se produce en el porche de la entrada, sin duda ninguna nos recuerda a la cubierta de teca de una embarcación, aunque en este caso la madera sea de pino. El blanco sin duda ninguna tiene que ver con los barcos y tiene que ver con las casas, pero sobre todo con los barcos, porque estamos haciendo un edificio que tiene que recordar claramente que es para algo que se mueve. De alguna manera, por tanto, lo que es la entrada, este gran cilindro con esta vibración tremenda que brilla y que produce por tanto el brillo de los aviones, nos tiene que recordar algo que se mueve, aunque no se mueva lógicamente, pero parece que se mueve. Estamos ante un concepto de movimiento que se expresa a través de estos materiales ya través de los menos posibles. Lo que te estoy describiendo es el concepto de la cubierta y este concepto está presente en el edificio.

El resto de elementos que intervienen en el edificio son de una cierta austeridad. No hemos tenido presupuesto para poder excedernos en nada. Y, eso sí, en la entrada sí que hemos expresado estos elementos que tienen que ver con el turismo de la isla, que tiene que ver con el fenómeno que origina la necesidad de que se haga este edificio.

Efectivamente el aeropuerto de Palma de Mallorca es el aeropuerto de una ciudad, de una isla, que es uno de los más importantes destinos turísticos del país. ¿En qué medida este hecho ha influido y ha quedado expresado en el proyecto?

Muchísimo. La Isla de Mallorca hace 40 años tenía una estructura agraria que determinaba que las personas que la habitaban se vieran en muchos casos obligadas a emigrar. Muchos mallorquines emigraron a la Argentina, a Francia, a Cuba donde incluso hay un pueblo que tiene un nombre mallorquín. La gente se tenía que apuntar a lo que fuera con tal de sobrevivir. Eso cambió. Vino el turismo y se produjo una revolución social sin precedentes. De repente la isla dejó de ser una isla porque hoy en día el concepto de distancia, me admitirás que ya no tiene que ver con islas o sin islas. El camino más corto no es la línea recta sino por donde pasan los aviones. Te puedo decir que es más barato ir de Londres a Frankfurt pasando por Palma que directamente. Esto es muy importante. La gran frecuencia de vuelos que hay en Mallorca produce una infraestructura que de alguna manera se autoalimenta. No solamente hemos crecido un 60 % de vuelos porque venga más gente, sino porque la misma viaja mucho más.
Esto pasa con todas las infraestructuras. Nadie sabe muy bien por qué aparece la estación de tren en determinado sitio o por qué aparece el cruce de caminos en tal sitio o en tal otro, y ahí queda para toda la vida, y va creciendo y creciendo.

Esto es lo que esta sucediendo en la isla de Mallorca. Esta afluencia turística, este cosmopolitismo etiqueta claramente esta isla antiguamente agraria y más o menos deprimida, que pasa a ser una isla que tiene una renta per capita de las mayores de Europa, llena por todas partes de nuevos ricos.

Esta situación sociológica que se produce aquí, da como resultado la necesidad de contar con un edificio importante. y este edificio yo creo que expresa todo lo que te estoy diciendo, expresa un gran creci- miento del tráfico aeroportuario, expresa el turismo enorme que esta- mos teniendo, expresa incluso un futuro que intenta acoger, de una manera digna desde el punto de vista arquitectónico, un más que probable crecimiento.

La gran pregunta es ¿y adónde iremos a parar? Yo no lo sé. El otro día dije por la televisión que yo solamente hacía las velas, que el viento no lo ponía yo. En este caso hay que decir que la sabiduría de los ingenieros aeronáuticas que hicieron el plan director del aeropuerto de Palma se supo adelantar a los acontecimientos. Iban en la buena dirección. El plan director, como te he dicho antes, lo hicieron ellos, pero recuerdo que hubo críticas, cómo es posible que alguien hable de 24 millones de pasajeros, pero qué barbaridad si hay 10. Bueno, señores, había 10 y ahora hay 16, y el horizonte del plan director, creo recordar que para el año 2020, prevé 24 millones de pasajeros. Yo creo que si el edificio está preparado para acoger a estos 24 millones de pasajeros, la pregunta es: ¿yeso es bueno o malo para la isla? Yo no lo sé, ni me lo planteo. Lo que sí sé es que el exponente arquitectónico de este crecimiento lo hemos resuelto correctamente, y en la medida que en otros sectores afectados también por este desarrollo importante de los viajeros se produzca una organización parecida, pienso que puede ser hasta positivo.

Algunos de los ingredientes que utilizas, como esa terraza con cipreses y una zona ajardinada, y con chiringuitos a pleno sol, producen efectivamente esa impresión de prolongación de la estancia turística hasta el último momento, hasta el instante de embarcarse en el avión, de que hablabas.

Habrás visto en verano que las personas que están en el aeropuerto, no solamente en este aeropuerto sino en los aeropuertos turísticos del mundo, están con vestimenta informal, incluso a veces con bañador. La gente parece como si estuviera recién salida de la piscina.

Hay como unas ganas, en las sali- das sobre todo, de no agotar las vacaciones. En las llegadas está todo por hacer. Pero en la salida, el noruego, el alemán, el inglés, que vienen de países con otros climas, desearían quedarse aquí. A estas personas queremos recordarles en este edificio que hasta el momento mismo de coger el avión están disfrutando de sus vacaciones. Pero, claro, eso no lo vamos a hacer poniéndoles la playa en el aeropuerto ni siquiera poniéndoles una piscina. Hacemos una abstracción de ello y entonces intentamos jugar con un concepto del tema. Intentamos que la gente sepa recibir este concepto y prolongar mentalmente esta situación, aunque acompañados de buenas tumbonas de teca y con unos jardines muy agradables. Responde, por tanto, a un concepto de playa aunque lógicamente sin agua y con otros elementos. Pero pretendemos que la persona que está aquí pendiente del avión, que a lo mejor está con un pequeño retraso, pueda tomarse un refresco, un helado, tumbarse en el césped, tenga una madera de teca de estas que duran toda la vida como en los parques ingleses. Esta persona quizá ya no tenga tantas ganas de coger su avión porque está disfrutando también.

¿Y has quedado satisfecho de la obra y de cómo has podido desa- rrollarla?

Estoy muy satisfecho. Para mí esto ha sido una experiencia muy importante. La mayoria de la gente que he conocido de Aena, debo decírtelo con claridad porque es justo que lo diga, ha sido gente de un trato muy agradable, gente muy competente y muy inteligente: He disfrutado trabajando con los ingenieros aeronáuticos. Me han facilitado mucho la labor y la verdad es que estoy muy satisfecho y muy contento. Hombre, en las obras arquitectónicas nunca uno hace el 100 por 100. Esto es imposible. Pero sí te puedo decir que en este caso si no se ha hecho el 100 por 100 no ha sido por requerimiento del otro lado. He tenido libertad arquitectónica. Sin duda me he tenido que adaptar a un presupuesto limitado.

El presupuesto por metro cuadrado es muy pequefto en este aeropuerto. Pienso que se ha conservado dentro de unos limites bastante adecuados, o sea, no ha habido espectaculares aumentos de este precio. Pero la verdad es que ha sido una experiencia inolvidable. Estoy muy satisfecho y muy agradecido a Aena por permitirme hacer este trabajo.

Ya tenías algunas experiencias en el campo de la arquitectura aeroportuaria. ..

He hecho tres proyectos aeroportuarios: el de Palma, la terminal de San Pedro de Sula en Honduras, y la terminal de la Isla de Roatán en el Golfo de Guatemala. El más importante es el de Palma. Los arquitectos históricamente en Espafta no hemos hecho aeropuertos hasta estos últimos aftos. El arquitecto tiene que saber de todo, tiene que saber hacer un aeropuerto, tiene que saber hacer un hotel o lo que sea.
Las infraestructuras aeroportuarias están en expansión y adquieren por momentos una renovación íntimamente ligada con la ciudad, cada vez más intensa y cada vez más importante en todo el mundo. Todo eso me ha llevado por formación urbanística, a una reflexión sobre los papeles que asume el aeropuerto en relación a la ciudad y de cómo cada vez este papel es más impor- tante de forma que la ciudad se está convirtiendo en aeroportuaria en muchos sitios del mundo.

Eso se hace a costa de que quizá el aeropuerto pierde un poco la estricta observancia funcional propia de una infraestructura. Es un poco parecido a lo que sucede también con los puertos. Vale la pena fijarse en los puertos porque los puertos han llegado a su último estadio, mientras que el aeropuerto está en plena expansión. Pero los frutos de este paso portuario por las ciudades lo estamos viendo con fortuna en ciudades como Barcelona que han ganado el mar, o ciudades como Londres que también lo han ganado en los Docklands o ciudades como Nueva York o como en Miami también, o en San Francisco.

En Sydney también lo he visto. Realmente te das cuenta de que en estas ciudades el puerto ha pasado a ser una cuestión estrictamente lúdica y comercial y que los barcos, todos de época, están anclados y ya no sirven para navegar.
No es esa, por supuesto, la situación de los aeropuertos. Estamos en plena expansión, es decir, vamos a más, no vamos a menos. Pero también es verdad que a medida que vamos a más, con terminales más grandes, cada vez tienen más color de ciudad, cada vez son más impor- tantes para la ciudad, a la cual prestan el nombre de aeroportuarias.

Sí, se ve cómo los aeropuertos hace años tan a las afueras de las ciudades, tan distantes, progresivamente van quedando engullidos por la ciudad.

Creo que es muy importante que el aeropuerto esté ligado a la ciudad. De un aeropuerto alejado de la ciudad podemos tener la contradicción de que para acceder a él tengamos que tardar una hora para después hacer media hora de vuelo. Esto siempre es una contradicción.

La relación con la ciudad es mucho más rica y mucho más movida si el aeropuerto está cercano a ella. Curiosamente, yo me he paseado por todo el mundo viendo aeropuertos y escuchando a la gente y los usuarios del aeropuerto, los trabajadores, las compañías, la verdad es que nunca te hablan de ruido, que es lo que uno tiende a pensar cuando se habla de aeropuertos. Este fenómeno de integración es cada vez más importante y es de sumo interés.

Por ejemplo, tienes el caso también de las infraestructu(as ferroviarias. En un principio eran maravillosas las grandes estaciones de tren, bonitas sea porque eran pequeñas, coquetonas y encantadoras, o sea porque fueran grandilocuentes, incluso a veces instrumento de poder para expresarse a través de ellas. Posteriormente la arquitectura ferroviaria pasó a ser cada vez peor, cada vez más disimulada, cada vez más deteriorada. y últimamente se vuelven a recuperar, pero ya un poco más lúdicamente, un poco más ciudadanamente que en un princi- pio. Yo creo que este momento le va a llegar a la infraestructura aeroportuaria en un futuro.

Este concepto de aeropuerto integrado, de "ciudad aeroportuaria", por utilizar el término que tú empleas, naturalmente tiene repercusiones sobre la propia arquitectura aeroportuaria, supongo.

Si, naturalmente. Po!que en el momento que la ciudad que tiene aeropuerto es una "ciudad aeroportuaria", lógicamente eso quiere decir que el aeropuerto adquiere caracteristicas ciudadanas. Fijate bien, que yo no digo de ninguna manera Que la tecnología aeronáutica vaya a menos, digo que va a más, pero también digo que la gran afluencia de gente a estos sitios origina un entramado social y económico tan importante que hace que la ciudad sea cada vez más dependiente del aeropuerto y el aeropuerto cada vez más dependiente de la ciudad por muchos motivos. Eso hace que en los terminales surjan áreas que no son ya tan estrictamente para esperar el avión o para subir a él o para descender o para facturar o para un pasaje etc.; sino que son áreas que recuerdan un poco las áreas ciudadanas. Centros comerciales muy importantes, y me consta que Aena saca buenos beneficios. Son zonas totalmente asimiladas, nada artifi- ciales, y que forman parte del auténtico ser aeronáutico.

A la vez la arquitectura aeroportuaria es de una complejidad notable. Si la comparamos, comparación que puede ser un poco tópica, con algunas de las grandes obras construidas a lo largo de la historia, por ejemplo con las grandes catedrales, veríamos que la concepción arquitectónica, por grandiosa que fuera la catedral, desde el punto de vista funcional era de una relativa sencillez, porque lo era la distribución de los espacios: a un lado el pueblo, a -otro, los ministros, los oficiantes, el obispo, arriba el coro. Entraban, cantaban, se sentaban, se arrodi- llaban, salían. Sin embargo, en un aeropuerto, por su dimensiones, por la cantidad de funciones que se desarrollan en él, por la cantidad de movimientos, incluso simultáneos, que hay que propiciar, realmente me imagino que desde el punto de vista arquitectónico obliga a enfrentarse a cuestiones de una gran complejidad.

Si, porque normalmente la arquitectura suele cuidarse de procesos más o menos estáticos, y en este caso es evidente que se ocupa de un caso de circulación. La terminal de un aeropuerto es una especie de recorrido que vestimos arquitectónicamente. La gente lo que hace es pasar por él. Es verdad que cada vez se entretiene más, y no es por los retrasos sino porque es apetecible entretenerse, llegar un poco antes, hacer algunas compras etc. Estos procesos hacen que sea un gran sitio de circulación. y hacen que el aeropuerto sea diferente a la mayoria de los grandes edificios que se hacen. Por ejemplo, un centro cultural no ha de responder a un recorrido. En todo caso se puede reco- rrer pero para ver cosas que hay dentro. Un estadio de fútbol, que en un momento determinado se llena y luego se vacía, pues lo mismo. Lo de las catedrales es un gran tema. ¿qué les sucede a las grandes catédrales, todas ellas, o fa mayoría de ellas, por no decir todas, incorporadas a la historía de la arquitectura? Pues que habiendo perdido su uso, siguen siendo importantes arquitectónicamente. Esta prueba de fuego, evidentemente por razones tempora- les, no la ha pasado aún ningún aeropuerto. El día: que los aeropuertos pierdan su uso y sígan siendo grandes ejemplos de arquitectura, podremos decir que los arquitectos que hemos intervenido en ellos hemos estado acertados. Sí pasa con las catedrales. Pero, claro, las catedrales no son sólo para que el oficiante haga una misa, las catedrales pretenden, y en muchos casos lo logran, crear un espacio que invita a la transcendencia, un espacio que invita sin duda ninguna a la espiritualidad. Y una de las iglesias mejores que he visto en mi vida, que no es antigua por cierto, que es bien moderna, la iglesia de Ronchamp de Nótre Dame du Haut que hizo Le Corbusier que me parece que era ateo, pero que en todo caso hizo un espacio que sin duda ninguna cuando estás alli algo recibes y algo sientes. Este papel espiritual que tienen las catedrales sin duda ninguna lo siguen conservando. La catedral es un espacio interesante precisamente por esto. En el caso de los aeropuertos nos debemos a cuestiones más mundanas y económicas.

La navegación aérea tiene una historia muy reciente, de unas décadas solamente, y por tanto los aeropuertos tienen una historia muy pequeña, pero ¿cabe ya hablar de evolución en la arquitec- tura aeroportuaria? ¿Se puede hablar de un antes y de un después?

Sin duda. Yo te puedo decir, por lo que he visto por el mundo, que hay una clara evolución. El acercamiento del aeropuerto a la ciudad, y de la ciudad al aeropuerto se está materializando en unos espacios en que uno tiene ganas de no viajar.
Yo no sé si a ti te ha sucedido, pero yo he tenido experiencias de haber estado en aeropuertos que me gus- tan no sólo arquitectónicamente, sino porque tienen zonas vivas y zonas comerciales muy interesantes y tiendas bonitas donde a uno no le molesta que no le llamen para subir al avión porque se lo está pasando bien y está viendo un montón de cosas que le interesan. Incluso en algunos aeropuertos se está llegando a algo impensable: no solamente al consumo de productos normales y corrientes sino que incluso te ofrecen divulgación cultural. En algunos aeropuertos encuentras exposiciones, etc. Esto es muy importante.

Mira, voy a saltar a un tema que no tiene nada que ver con los aeropuertos pero que viene a cuento. Son los parques. Cada vez tienen menos sentido. Yo estoy convencido de que hoy en día no hay tiempo para ir a los parques. Solamente pueden ir los jubilados y muy poca gente más. Nos pasamos el día intentando trabajar. El protagonista de los parques hace unos años eran las señoras con los niños, y ya no hay señora ni tales niños en los parques. Todo el mundo esta metido en el trabajo.

Entonces es muy importante que lo que hagamos para trabajar sea arquitectónicamente agradable, que el ambiente sea agradable. Por esto te digo que es mucho más importante una acera que un parque, que la acera sea agradable, que estén los árboles, que sea bonita la calle para llegar a tu oficina. Yo he hecho algunos parques pero la verdad es que últimamente no voy a ninguno de ellos porque no tengo tiempo, pero en cambio me paseo por la ciudad. Y ese es un gran objetivo: conseguir que los sitios de paso sean agradables.

Sin duda ninguna el aeropuerto es uno de estos sitios para ir de paso a trabajar, por tanto tiene que ser un espacio agradable.

Cuáles son los aeropuertos que más te han gustado, tus aeropuertos preferidos.

He visto aeropuertos muy distintos. Hay un aeropuerto que está muy bien, que es un aeropuerto pequeñito, que es de Foster, que es el aeropuerto de Stanted que me gusta bastante. Y después hay aeropuertos que no están etiquetados arquitectónicamente, en el sentido de que quizás sea más difícil saber quién los ha hecho, qué arquitecto etc., pero que encierran elementos interesantes desde el punto de vista más importante que es la vida. Te podría citar algunos: por ejemplo, me llamó la atención el aeropuerto de Singapur, que no es que sea arquitectónicamente bonito, pero me llamó la atención bastante y me interesó el ver lo que pasaba allí dentro. También el aeropuerto más extraño que ví, el de las Vegas. Imagínate una máquina tragaperras y tú dentro intentando coger un avión. Eso es el aeropuerto de Las Vegas, como toda la ciudad. Qué mejor aeropuerto que una máquina tragaperras en una ciudad donde hay hasta un casino para niños.

Pasando a una vertiente más personal, ¿qué ha supuesto este proyecto en tu vida y en tu carrera profesional?

Cuando conoci a la empresa que hacia el plan director, la empresa INITEC, surgió alli la posibilidad de intervenir en este proyecto a través del plan director. Entonces conocí también al ingeniero ae,onáutico autor del proyecto, Eduardo Navarro. Al final se constituye un equipo formado por INITEC como ingeniería, Eduardo Navarro como ingeniero aeronáutico director del proyecto, y yo como arquitecto. Formamos un equipo que ha durado todos estos años y con el cual ha sido muy satisfactorio trabajar. Nos dividimos el trabajo, yeso no quiere decir que desde el primer momento las discusiones no las debatiéramos entre todos.

Desde el primer momento también contábamos con la colaboración, entusiasta, del director del aeropuerto de Palma, Pedro Meaurio, y de su equipo de ingenieros. Con todos ellos y también con Julio Egido, con el ingeniero aeronáutico de Aena que fue director del trabajo, constituimos un equipo importante, en el sentido de que trabajamos intensamente. Yo iba prácticamente todas las semanas a Madrid a trabajar y ellos solían venir también casi todas las semanas a Palma, de manera que dedicábamos parte de la semana a este trabajo. Esto fue avanzando hasta culminar en un proyecto documentado, con dos mil planos originales, para que te hagas una idea. Posteriormente, Aena a la hora de llevar a cabo la organización de la obra, quiso contar también con nuestro asesoramiento a la dirección de la obra. El director de la obra ha sido Jesús Mendiluce, un ingeniero aeronáutico, con quien ha sido un placer trabajar.

Las obras las están haciendo las empresas constructoras más importantes de España. El presupuesto más importante lo asumen Dragados y Construcciones y Fomento de Construcciones. las dos empresas que hacen el volumen más importante de la obra. También intervienen las empresas Huarte y Auxini. Ultimamente se ha encargado también la ejecución de la obra del aparcamiento del edificio de servicios que es la que has visto que se está construyendo en estos momentos muy rápidamente y que pienso que va a récords de rapidez.

¿En qué año empezasteis todos estos trabajos?

En el año 88 empezamos a trabajar, o sea que no hace 10 años.

¿Durante estos años, las obras del aeropuerto te han hecho abandonar cualquier otro trabajo profesional?

No al 100 por 100. Porque entre otras cosas he hecho un proyecto del cual estoy muy orgulloso: la rehabilitación de uno de los edificios más importantes, de Lluis Domenec i Muntaner, el "Gran Hotel" situado en el centro de Palma. Lluis Domenec i Muntaner fue el autor del Palau de la Música en Cataluña, del hospital de San Pablo, autor quizá de las mejores obras del modernismo, junto con Gaudí.

La mejor esquina de Domenec era la de Palma, el primer hotel que hubo en Palma en el año 1901. Esta obra pasó 50 años cerrada y deteriorada. Este edificio lo compró la Caja de Pensiones ya través de la Fundación se hizo la rehabilitación y ahí está el centro cultural de la Caja de Pensiones. Yo rehabilité el edificio junto con el arquitecto Jaime Martínez. Por ello conseguimos el Premio Nacional de Rehabilitación del año 94. También nos dieron el Premio Ciudad de Palma y el Diploma de Europa Nostra de 1996. Es un edificio del cual estoy muy orgulloso y muy satisfecho. También durante este período he hecho otros edificios. Pero, por supuesto, lo que era el tiempo básico de mi vida en estos años fue dedicado al aeropuerto. Si tuviera que repetir la historia lo haría exactamente igual porque he disfrutado.

Por eso te quería preguntar, si al enfrentarte con una obra de la envergadura del aeropuerto de Palma has sufrido mucho o si te lo has pasado bien.

Como todo en la vida, se pasa bien y se sufre mucho. Yo no sé si existe un nirvana en arquitectura, yo no he conseguido encontrarlo. Te puedo asegurar que he pasado momentos muy felices y momentos de gran preocupación. Vivi un gran momento de preocupación cuando parecía que se discutían algunos temas arquitectónícos del edificio que afortunadamente se superaron. Viví un momento delicado en ese trance. También fue un momento delicado cuando estuvo a punto de no hacerse el edificio puesto que, después de la Expo y de las Olimpiadas, parecia como si no hubiera dinero para este proyecto. Al fin sí que lo hubo, aunque coincidió un poco con la Guerra del Golfo, momento delicado también que se superó. Son los dos momentos un poco peligrosos de este proyecto. Imagínate que una obra de esta envergadura por algún motivo no se hiciera o no se hiciera respetando las ideas del arquitecto, lógicamente esto a mí me hubiera producido una gran frustración.

Tu nombre, al haber realizado una de las grandes obras públicas de estos últimos años en España, figura ya junto al de otros importantes arquitectos que en estos últimos años han alcanzado también un gran prestigio internacional. Uno tiene la impresión de que al menos un puñado de arquitectos españoles está colocando la arquitectura española últimamente en un nivel internacional importante. ¿Cual es tu valoración de ese papel de innovación en el panorama mundial, y por lo tanto de protagonismo muy estimable?

La arquitectura española en los últimos años ha dado ejemplos muy valiosos debido a que ha habido muchas obras públicas. Para que una obra de arquitectura salga bien se requiere no solamente que haya un buen arquitecto sino que la persona que lo encarga también reúna unas primeras condiciones. En este sentido la obra pública siempre permite una mayor libertad, y por tanto mayor calidad arquitectónica que la obra privada, en general. Hay excepciones tanto de un lado como del otro. Ultimamente España vive una etapa de grandes obras públicas.

Las tenemos en los aeropuertos sin duda alguna, las hemos tenido en la Expo de Sevilla sobre todo, y en Barcelona. Yo creo que el momento arquitectónico español ha destacado debido a eso, debido a los encargos. ¿Son buenos los arquitectos españoles? Creo que hay arquitectos españoles, entre los que no me considero. que son extraordinarios. Esto es así. siempre y cuando se dé la circunstancia de este tipo de encargos de que te estoy hablando. Internacionalmente la arquitectura también ha pasado momentos brillantes. Este buen momento que se ha dado en España se ha dado también en otros sitios. sobre todo en Paris y también en otros sitios del mundo: en Extremo Oriente, también en Estado Unidos. ¿Qué momento estamos atravesando. arquitectónicamente hablando. a finales del siglo XX? Yo creo que pasamos unos momentos de reconciliación con el principal movimiento arquitectónico del siglo que es el movimiento moderno, el racionalismo, Le Corbusier, la Bauhaus. Pasamos una reconciliación con eso después de haberlo agredido de una manera inmisericorde.
Algunos han sido tremendos con este origen, como si hubiera sido un desastre el movimiento moderno. Hemos tardado algunos años, de los sesenta y tantos para acá, en ver que eso no era así, y entonces parece que ahora se reconoce, siempre dentro de las dife- rentes tendencias que hay ahora. Algunas tendencias siguen con esa crítica, y otras no. Ese es el momento que estamos viviendo. Sigo creyendo que hay un protagonismo del racionalismo, claramente. Que ha introducido unos con- ceptos democráticos que tienen que ver por tanto con el siglo XX, que sin duda alguna también va a ser el siglo de la consolidación de la democracia, y pienso que esa arquitectura encaja bastante con este concepto. Hay que vigilar, por otra parte, que algunos de los pos- tulados de este movimiento moderno no sean mal usados por la sociedad, como sin duda lo fueron hace algunos años. Gran parte de la destrucción de las ciudades españolas era, en un momento determinado, atribuido por algunos a este movimiento moderno que parecía que las permitía. Pero no era eso, era un mal uso de aquellos conceptos por parte de las fuerzas sociales que lo propiciaron. Esto parece que ahora, quieras que no, está un poco más controlado y parece que tampoco se produce en la misma medida. al menos.

Embarque Inmediato.
Pedro Meaurio Juanmartiñena (Director del Aeropuerto de Palma de Mallorca).

El proyecto de nueva área de pasajeros en el Aeropuerto de Palma de Mallorca alcanza un hito importante en estas fechas con la inauguración de la primera fase de las obras.
Queda todavía una segunda parte de construcción. pero además nos queda el principal trabajo por hacer; el de alcanzar los objetivos prevístos al inicio del proyecto.
En el proyecto siempre ha sido el objetivo principalla mejora de la calidad del servicio a nuestros pasajeros, dentro del respeto al posicionamiento de nuestros clientes las compañías aéreas, y manteniendo unos costes para todos a niveles de otras instalaciones aeroportuqrias. El gobierno autónomo de las islas Baleares, consciente de la importancia que el sector turístico tiene para la economía de la isla de Mallorca, estableció como estrategia fundamental la de competir en calidad, ya que la competencia en precio estaba tocando fondo debido a dos cuestiones fundamentales; al bienestar económico de los residentes en la isla, lo cual implicaba salarios altos, y ajuste de precios al que muchos años de competencia con otros centros turísticos nos había llevado.

La situación en que nos encontrábamos al príncipio de los años 80, superados unos mundiales de fútbol que concentraron la inversión aeroportuaria del Estado en las sedes de los acontecimientos deportivos, era de una capacidad muy inferior a la demanda tanto en términos de espacio para los pasajeros como de calidad de los servicios. A esta débil posición se sumaban dos factores importantes; el tráfico continuaba creciendo y careciamos de un proyecto conso,lidado; Sí creímos conocer lo que necesitábamos, pero estaba todo por hacer.

La solución que pusimos en marcha fue hacer un proyecto de remodelación de lo existente y que rios diese algo más de capacidad en los siguientes primeros tres años, tiempo Que utilizariamos para obtener los recursos económicos, la planificación, las autorizaciones, los proyectos básicos y, por fin, la ejecución material de nuestro proyecto.

Todo esto ya es historia y no me voy a entretener en contársela a ustedes, me limitaré a explicarles nuestros objetivos de partida y qué mejoras esperamos obtener en el tratamiento de los pasajeros. Palma de Mallorca funcionaba en esa época apoyado en dos edificios terminales; el A, abierto todo el año, y el B para absorber el tráfico de temporada con vocación, éste último, de atención al tráfico no regular. Esta situación, que se mantiene en la actualidad, permitía ajustarse a la curva de tráfico suficientemente y ahorraba gastos al aeropuerto durante la temporada baja. Para algunas compañías tenía otro aspecto, pues les obligaba a funcionar en dos terminales yeso encarecía su operación además de tener que migrar constantemente sus instalaciones de una terminal a otra.

Dos opciones por tanto. Una tercera terminal para los aumentos de capacidad con las ventajas de un mejor ajuste de la oferta de servicios a la demanda y una ejecución de obra que no afectaba a la operación aeroportuaria, pero, por otra parte, un agravamiento también de la multiplicidad de actuaciones de las compañías sobre varias terminales que además afectaba al aporte y dispersión de los pasajeros a los centros turisticos de la isla que, día a día y debido a la liberaliza- ción, se enfocaba más hacia el hotel que hacia los vuelos de las compañías; es decir, un mismo autobús se llevaba y traía pasajeros de distintos vuelos. La segunda opción por la que nos decidimos fue la de tenninal única en el concepto de que todas las operaciones aeroportuarias, básicamente obtención de la tarjeta de embarque, pre- sentación del equipaje, control de seguridad y recogida de equipajes se realizasen en un solo edificio de nueva planta desde el que a través de pasillos se llegase a las posiciones de embarque tanto a través de pasarela como en vehículo o a pie.

Esta solución que suponía un sólo techo continuo para los pasajeros y además permitia operar en las terminales existentes hasta la entrega de la nueva obra fue la que decidimos poner en marcha.

Esto planteaba algunos inconvenientes de adaptación a la demanda real que presenta una inestabilidad que se mide en díás de 6.000 pasajeros de tráfico a días de 120.000. ¿Cómo resolver esto? La única fórmula era la de diseñar un ter- minal que pudiese ser utilizado en su totalidad o parcialmente; es decir, un tenninal modular. Aunque no de forma total este objetivo se ha conseguido y puede observarse el concepto en dos aspectos fundamentales: la planta 3" donde se realizan las labores de recepción de pasajeros de salida, obtención de la tarjeta de embarque y entrega del equipaje de salida, donde pueden apreciarse la repetición de 6 espacios iguales que configuran esta planta y por otro lado en el concepto de utilización de las antiguas terminales A y B, como satélites que se utilizarán en función de la demanda.

Por último, el estudio y reflexión del comportamiento de los pasajeros y de la oferta del transporte aéreo nos indicó la necesidad de que el terminal pudiese adaptarse a los cambios que continuamente se producen tanto en las formas de comercializar las plazas de avión como en la demanda de servicios. Para ilustrar esta idea hay que señalar que de un tráfico que utiliza el autobús como medio de transporte en tierra en un 80 % de los casos en el año 80, se ha pasado a tan sólo un 65 %, y este 15 % lo ha hecho hacia microbuses, vehículos de alquiler con y sin conductor o que, también, por ejemplo, la llegada de turistas con solamente el transporte aéreo contratado ha crecido tanto que la demanda de información hotelera que en los años 70 apenas existía, en este momento es objeto de atención por una gran parte de los pasajeros; también el número de equipajes especiales como bicicletas (70.000 en el año 96), tablas de surf, (canoas, palos de golf, etc. han hecho que tengamos que habilitar procedimientos especiates. En resumen, necesitábamos una terminal flexible que se adapte a los cambios que se producen en un entorno como es el turistíco, altamente competítívo.

Durante la construcción en la que nosotros hemos participado en el grado de coordinadores para atenuar al máximo el impacto que una obra de estas dimensiones produce en la operación aeroportuaria, a lo que nos hemos dedica- do en relación a este proyecto es a diseñar el uso mas eficiente de las nuevas instalaciones y a negociar con nuestros clientes, las compañías, los nuevos procedimientos, con un objetívo que es el básico de este proyecto; el de la calidad. En este concepto de mejora de la satisfacción de las expectatívas que los pasajeros tienen de un aeropuerto, por razones de economía tanto de la inversión como de la explotación, hemos interpretado que resulta prioritario hablar de calidad, medida en tiempos de espera, en espacio, en temperatura, etc. más que en suntuosidad o materiales de alto coste. Se puede decir que se trata de un edificio austero donde la calidad de los materiales es adecuada a cada entorno. y prueba de ello es el precio del proyecto.

Sin describir todos los procedimientos me limitaré a señalar los puntos donde esperamos obtener mejoras substanciales para nuestros pasajeros.

En la actualidad, la labor de entrega del equipaje y obtención de la tarjeta de embarque para un pasajero turistico tiene un tiempo medio de actividad de más de una hora. La presentación del conjunto de pasajeros se produce prácticamente 120 minutos antes de la hora de despegue del avión, se forman una o dos colas frente a los mostradores y el último pasajero termina su tarea 30 minutos antes de la salida del vuelo. Esto que parece una exageración es una realidad diaria que tiene su origen en la falta de mostradores, mal endémico de nuestro aeropuerto hasta el momento. El nuevo edificio dispondrá de suficientes y hemos negociado tiempos máximos de espera en cola de 15 minutos, todavía el triple de lo normal para un pasajero de vuelo regular, pero reduciendo drásticamente la espera y, por tanto, mejorando la calidad.

Sólo otro ejemplo. Como hemos dicho antes, un autobús que realiza la tarea de trasladar los pasajeros a un hotel tendrá que esperar la arribada de varias aeronaves que desde distintos puntos de Europa han decidido ser clientes de ese hotel. Estos grupos se forman en la actualidad a través de la información de un guía dentro de un autobús, como consecuencia de diferentes problemas de espacio aéreo, entrega de las maletas, etc., en algunas ocasiones, tienen tiempos de permanencia dentro del autobús de más de una hora, sin las condiciones de temperatura y espacio adecuadas a tan larga espera. La nueva terminal contempla una auténtica infraestructura para una estación de autobuses, donde estas tareas de formación de los grupos podrán hacerse en condiciones ade- cuadas y seguramente con un ahorro para los transportistas locales.
Esperamos que todas estas ideas que han quedado plasmadas en una obra ejecutada en su primera fase y los procedimientos operativos que estamos elaborando cumplan el objetivo de mejora de la calidad del transporte aéreo a la isla de Mallorca, tanto para los residentes en ella como para nuestros clientes los turis- tas, permitiéndonos continuar a los aeropuer- tos españoles en elliderazgo de los aeropuertos receptores de turismo vacacional.